viernes, 28 de noviembre de 2014

Razón vs fe

Raro es el caso en el que haya alguien que crea en la fe y pueda razonar al mismo tiempo.
La razón y la fe son dos aspectos que, a lo largo de la historia de la filosofía, han causado mucha polémica. Por un lado,aquellos que se inclinan por la razón y por otro lado,los que defienden la fe.
Sin embargo, la relación entre la razón y la fe será cambiada por santo Tomás de Aquino. Averroes apoyaba la teoría de la "doble verdad" que decía que había una verdad para la filosofía y una verdad para la teología, independientes una de otra y no debe interferir una en el terreno de la otra . La verdad de la razón puede ser la misma para la fe, o no.
Tomás de Aquino no compartirá esta teoría y afirma la existencia de una sola verdad que puede ser conocida desde el camino de la fe y desde el camino de la razón. También reconoce que fe y razón son independientes y cada una tendrá su propio método de conocimiento. La filosofía tendrá el conocimiento de las verdades naturales, que pueden ser alcanzadas mediante la razón; y la teología tendrá el conocimiento de las verdades reveladas,que se pueden conocer mediante la luz de la revelación divina.
Esto supone una modificación entre relación de fe y razón. La filosofía deja de estar "bajo el mandato" de la teología y Tomás acepta la existencia de un terreno que es común a la filosofía y a la teología, que serían los "preámbulos" de la fe (la existencia de Dios, por ejemplo). En ese terreno, la teología estará auxiliada por la filosófia en cierto modo.

La posición que mantuvo Tomás da lugar al fin de la sumisión de la filosófia a la teológia. La independencia que aparece entre ellas será aceptada en los siglos siguientes y esto es un elemento necesario y fundamental del que no podemos prescindir para comprender cómo surge la filosofía moderna.

martes, 4 de noviembre de 2014

Jugar con fuego

El pánico que ha generado el virus del Ébola recuerda a la gripe aviar y a la gripe porcina.
Se aprovecharon estas dos “pandemias” para manipular mediante la opinión pública y así justificar una vacunación masiva de poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos secundarios.

Los titulares excesivos con los que machaca la prensa día si y día no, y son muy peligrosos:

“La OMS decreta una emergencia de salud pública a nivel mundial”
France 24, 20 de agosto de 2014.

“Ébola sin control”
El País. 5 de septiembre de 2014

“Los científicos ven un futuro calamitoso en la crisis del ébola”
The Times. 12 de septiembre de 2014

Esta situación se vive de forma distinta en África, donde algunos gobiernos ya han empezado a cerrar sus fronteras, movilizar a sus ejércitos para reprimir a las poblaciones y llegando a aislar sin razón a decenas de miles de hombres y mujeres, ancianos y niños puestos en cuarentena y que están protagonizando escenas desgarradoras, como la huida de personas aisladas de hospitales y centros de aislamiento, su persecución por parte de la población, toques de queda, personas sanas hacinadas como sospechosas en habitáculos de pocos metros bajo supervisión policial…

Al escuchar a las autoridades y a los periodistas, podríamos creer que puede estallar una epidemia de ébola en cualquier momento en Europa: basta con que un africano afectado por la enfermedad llegue en avión y desembarque.

Esta hipótesis es totalmente irreal. Sólo pone de manifiesto una ignorancia absoluta hacia lo que es en realidad el virus del Ébola.

No debemos sucumbir ni a la psicosis ni a una forma de racismo no declarado.

La epidemia del virus del Ébola no podrá encauzarse correctamente en África si no cesa toda forma de violencia y de represión. Hay que dejar que cada paciente sea atendido tranquilamente por un personal con una formación médica básica y que adopte las medidas de higiene adecuadas.

No debemos enviar ni cargamentos de vacunas a África ni medicamentos. Eso no serviría más que para enriquecer a los laboratorios farmacéuticos y para provocar daños todavía más graves producidos por los efectos secundarios de los medicamentos.

sábado, 1 de noviembre de 2014

El desierto de lo real


“Lo falso no hace más que intrigar nuestro sentido de lo verdadero; lo más falso que lo falso nos conduce más allá, nos hechiza sin apelación posible. En el mundo real, lo verdadero y lo falso se equilibran, y uno gana lo que pierde el otro. En el movimiento de la seducción (pensemos también en la obra de arte), es como si lo falso resplandeciera con toda la fuerza de lo verdadero. Es como si la ilusión resplandeciera con toda la fuerza de la verdad.”  -  Jean Baudrillard

Lo real y lo que no es real confunden, nuestros sentidos dudan, ya no sabemos si lo que vemos se encuentra o no allí, todo puede ser real y nada puede ser lo que parece que es.

¿Qué es el "desierto de lo real"? No podemos definirlo pero si interpretarlo.

El desierto de lo real, es la frontera, el horizonte que separa la realidad de lo real. Aunque la realidad y lo real no es lo mismo,llamamos realidad a aquello que es real para mí, aquello que experimento y que nadie puede negar: voy a la nevera, cojo una manzana, veo su color, la huelo, la muerdo, la mastico, la trago, siento como pasa por mi garganta… Esa es la realidad, mi experiencia, aquello que nadie puede negar, ¿quién puede decir que no la percibí fría, o que para mí tiene un color rojo? Para mí la realidad es aquello que he experimentado

En la dimensión de "lo real" en cambio, aparecen dudas de lo que ha sucedido ¿La manzana que me he comido existía y estaba ahí realmente? ¿Cómo sé que no fue un sueño? ¿La he mordido?

Platón con su Alegoría de la Caverna, muestra esta diferencia entre "lo real y la realidad". En el mito, nos invita a que veamos que la realidad es un reflejo de lo real. "El desierto de lo real" es lo contrario, no existe un reflejo y  la realidad es una construcción original porque "lo real es como un desierto" y solo hay espejismos.

Todos tenemos la necesidad de saber y dudar sobre la realidad. Hay una teoría que dice que la sabiduría provoca sufrimiento en las personas. El problema es que nos lo planteamos todo siempre y la duda acaba arrasando. La verdad es lo que todos percibimos y en lo que todo estamos de acuerdo. Podemos pensar que hay una realidad fuera de nosotros, es decir "lo real" y lo cierto es que el que todos veamos lo mismo solo habla de nuestra "realidad compartida", construida en la "trama" que nos impone la sociedad.

¿Construimos la realidad compartida en la que vivimos? ¿Construimos la realidad o nos la construyen? ¿Es probable que de alguna forma estemos viviendo una realidad construida por otros? ¿Por quiénes? La construcción de la realidad es poder, y ¿Quiénes tienen el poder para hacernos ver la realidad que vemos? ¿Qué sucedería si dejamos de llevarnos por la realidad que nos muestran los medios?

viernes, 31 de octubre de 2014

Alegoría de la Caverna



El mito de la Caverna según Platón. #Filosofando

La educación según Platón.



Nosotros conocemos la educación como el proceso de transmisión y asimilación de costumbres, normas, técnicas e ideas por el que  cada sociedad incorpora a quienes se integran a ella. Actualmente, nunca paramos de aprender, podemos hablar de una educación permanente que no se queda en la niñez o juventud, sino que avanza con nosotros a lo largo de nuestra vida.

Para Platón, la educación consiste en ir más allá de lo que realmente percibimos y descubrir lo que hay detrás viendo con ojos difrentes lo que creemos real. Platón afirmaba que la educación es la que le permite al hombre percatarse de que existe otra realidad y que las ideas poseen una existencia temporal y real, y no son solo construcciones mentales. Platón propone la teoría epistemológica:

Según Platón el conocimiento está implantado en nosotros mismos y se encuentra en la mente porque nacemos con él, a raíz de esto Platón decide crear un método de enseñanza : La Dialéctica, que se lleva acabo por medio de la pregunta y la respuesta lo cual se llevaba acabo por medio del debate.

Por otro lado Platón afirma que existe una variedad de conocimiento intelectual en unas personas y en otras que son representados por oro, plata y bronce. Esto es la metáfora de "Los tres metales", y como la gente de oro es superior se debe convertir en gobernantes  filósofos, mientras que la gente de plata o clase militar debe proteger a la sociedad que somos el bronce.